viernes, 31 de octubre de 2008

GULA... 20 microrrelatos presentados

.
El jurado está deliberando.
Aquí tenéis todos los cuentos participantes, ordenados cronológicamente.



1

Se dedicaba metódicamente a ello en cada momento y con la mayor de las diligencias, sin
tomarse vacaciones ni festivos. Le gustaba aquel trabajo, disfrutaba con cada paletada pese al
sudor y el esfuerzo que algunos días tenía que soportar, pero jamás se quejó.
Lo adoraba, y se entregaba.
Porque sabía que hay que ser muy constante para conseguir llenar un agujero con vacío.

Lupus


* * * * *

2

Rojos, amarillos, verdes, azules, marrones, todos ellos me encantan, uno, dos, tres, cuatro, abro
otro bote, Rojos, amarillos, verdes, azules, marrones, uno, dos, tres, cuatro, no puedo parar, me
llaman, me atrapan, cómo hasta que mi cuerpo dice basta, mi boca rebosa dulces y mis dientes
teñidos por el chocolate y aun así, los lacasitos me siguen llamando.

Karlos


* * * * *

3

No puedo dejar de besarte, de lamerte el cuello, de morderte los labios, de tocarte detrás de las
orejas. No puedo dejar de tocarte las cicatrices, las pecas, las corvas. Respiro lo que tu respiras,
persigo tu huella en el colchón, me abrazo a tu almohada cuando te vas.

No es lujuria, es gula. Porque aunque después de tanto tiempo ya no tengo hambre, todavía no
puedo evitarlo.

El root


* * * * *

4

Rebusco en la basura. Encuentro un pequeño trozo de pastel de nata y me lo llevo a la boca.
Trae consigo hormigas y restos de café. Hay una bolsa de patatas fritas terminadas, lamo la sal.
Mastico durante un tiempo un chicle seco: todavía sabe a melocotón. Lo escupo y me como el
final de un bocadillo. Pan con pan, comida de tontos. Luego dirán que es gula. Y una mierda.
Es hambre.

Chic


* * * * *

5

Lucas y Capote, conejos siameses, comen juntitos hojas de apio, espinaca, zanahorias, pimentones
verdes, hojas de diente de león, tréboles, lengua de vaca, manzanas, peras, maíz, ojas de remolacha…

Para Lucas comer era devoción.

Capote: - ¡no comas tanto Lucas, vas a reventar! sabes que debemos comer concentrado 2 veces
al día con un poco de heno fresco.

Lucas: - No te preocupes, estoy lleno, pero quiero más. Quedarás solo.

Capote: - Si te dejo morir iré al infierno y forzado comeré ratas, sapos, lagartijas, serpientes
vivas. ¡Horror, me comerán!

Lucas: - ¡qué rico! mi postre favorito, muérete tú y así comeré yo.

Maruxina


* * * * *

6

Aún no tienen pelo, la madre da de mamar a los insaciables ratoncitos. A la expectativa está
esperando el más vago de la camada anterior que con su hocico intenta quitar a los recién nacidos
de la teta materna. No le satisface el tazón de leche que le pone la gatita todas las mañanas.
Quiere más. Con el ruido del eructo espanta a sus hermanitos, vuelve a eructar, es el arma que
tiene para seguir mamando. No disfruta de lo que tiene en la boca. No busca alimento, porque no
es hambre lo que tiene, es dura y pura gula.

Maruxina


* * * * *

7

Empiezo comiendo tu sonrisa, que se hace mía cuando te vas y paseo por la despensa. Ataco los
bombones, las avellanas, las galletas y consigo que la sonrisa se pierda y llegue el dolor de tripa,
pero no puedo parar de comer compulsivamente, no puedo ni hablar, estoy ocupada comiendo.

Pitufa


* * * * *

8

Solía despertarse diecisiete minutos con exactitud antes de la hora programada en su reloj
despertador. Los primeros tres minutos los dedicaba a recordar qué exquisitez había comprado
en su pastelería preferida. Durante los siguientes seis minutos, imaginaba cómo prepararía el
café y el zumo de naranja. Con la ansiedad desbordada, no esperaba más. Saltaba de la cama, se
daba un rápido vistazo al espejo y se apresuraba hasta la cocina. Ocho minutos después,
amontonando los platos usados en una pila interminable, la odiosa melodía de ese aparato
inservible le recordaba que todavía quedaban demasiados minutos, para su próximo desayuno.

Elba


* * * * *

9

Aquella chica no le gustaba, pero como era la única novia que había conseguido tenía que
soportarla. Y no era porque fuese fea, sino porque siempre estaba achacándole que comía
demasiado y sólo le permitía repetir una vez en los lugares públicos. Pero en casa de sus padres
y con los ravioles que prepara la vieja, ya era demasiado. Tendrían que terminar, pero ella quiso
reconciliarse a besos furibundos. Él los halló especialmente apetitosos. Entusiasmadísimo, le
comió los labios, la lengua, la boca toda, todo… Por fin su novia había comenzado a gustarle de
verdad; lástima que fuese tan flaquita…

Gabriel


* * * * *

10

La boca se le hizo agua cuando vio esos costillares asados, esas ensaladas multicolores, esas
empanadas rebosantes… ¡Ah!, y ni que hablar del pato a la naranja, o del matambre cortado
como en rodajas de luna. No aguantaba más: ya había comenzado a hundirse en su propio charco
de baba. Así que, sin mediar más que un poco de sal como aderezo, se comió una a una las
páginas del libro de cocina.

Gabriel


* * * * *

11

La comida era más que una afición, era realmente una pasión que le empujaba a devorar todo
lo que tenía delante: suculentos platos llenos de colorido y bien presentados... en las páginas de
aquellos libros de cocina.

Margin


* * * * *

12

Lo saboreó despacio, masticando bien y tratando de retener aquel trozo de seso recién cortado
el máximo tiempo en su paladar. Sabía mucho mejor que la carne de la nalga o el muslo, aunque
nada comparable con el salado sabor de su miembro. Su ojo izquierdo era el acompañamiento
perfecto para aquella textura. Averiguar que podía seguir comiendo partes de su propia
anatomía había sido todo un descubrimiento. Ya no le importaba que su madre le tuviera
encerrado para que dejara de comerse a los animales de la granja.

Dani


* * * * *

13

Saboreo la sal que cubre la piel. Lamo curvas y depresiones, succiono recovecos Mi lengua no
deja ni un rincón por explorar. Toco, acaricio, presiono, pierdo la cabeza, aparto la piel. Muerdo
la carne. Disfruto cada bocado. Me chupo los dedos. Me encanta el marisco. Me chifla comerte.

Purple


* * * * *

14

Doctor, yo sé que la vida que llevaba de comedor impulsivo no era sana, que afectaba a mi
entorno social y laboral, que acarreaba destrucción de estructuras, que alteraba el desenlace de
los guiones. Comprendo que como educador infantil debo controlar mis impulsos para no ser un
mal ejemplo para niños que están en pleno desarrollo de su personalidad. Pero es que yo no
aguanto más, esto me supera, lo dejo. Abandono la dieta sustitutiva de frutas y hortalizas.
¡¡¡¡¡Quiero galletasss!!!!!

Triky


* * * * *

15

Y después de saciarse con las uñas de las manos, terminó con las de los pies.

Vecu


* * * * *

16

Era tan agónicamente ansioso que murió deshidratado cuando por fin terminó con toda su saliva.

Vecu


* * * * *

17

Sabe que no es buena idea, que es peligroso, que ya ha cenado, que después le dolerá la tripa.
¡Pero es que huele tan bien!, y tiene esos agujeros tan redondos y tan perfectos, y esa superficie
tan irresistible, y ese color tan claro y tan intenso al mismo tiempo, y nadie está mirando...
Se las ingenia para lanzar media cáscara de nuez desde una cucharilla, y cuando salta el muelle y
el cepo deja de ser una amenaza, coge su queso y corre hasta su agujero. Así mañana, para
desayunar... bah, para qué engañarse. Esta noche cenará dos veces.

Pérez Caldos


* * * * *

18

El olfato consiguió iniciar la impredecible maquinaria del recuerdo. Cerré los ojos y pude verte
entre fogones. Cocinando a fuego lento. Revolviendo y mezclando. Cuando las apunté con la
cuchara, mi boca era un sumidero de babas. Acabé el plato y pedí otro.
Desde que llegué a Madrid voy al mismo restaurante, me sirven las lentejas y dejan el puchero
en la mesa. Es un ritual. Me alimento de nostalgia. Y, cuando al fin me vacuno contra el olvido,
dejo de comer y sonrío. Y ellos esperan satisfechos mi sentencia: “Estas lentejas, saben a madre.”

La empanadilla perdida


* * * * *

19

El día había sido perfecto. Se levanto tras haber dormido placidamente ocho horas, al afeitarse no
se hizo ni un solo corte, encontró un buen sitio para aparcar y a la primera cuando fue al trabajo.
Después de comer hizo el amor con su novia llegando los dos a la vez al clímax, luego le llamaron
de la agencia de viajes para comunicarle que por fin lograron comprarle las entradas para ver a
AC/DC y lo mejor es que, por la noche, cenando de tapas con los amigos el se comió la ultima
croqueta…

Angus


* * * * *

20

No puedo parar, termino de besarte un lado y deseo el otro y entonces extiendo la mano y con
suaves movimientos hago una caricia y otra y tu intentas separarte pero quiero mas; es una
sensación de placer que no puedo reprimir, cuanto mas tengo mas quiero, y mas y mas, estaría
así eternamente, en tus brazos, entre tus cabellos en tus labios, respiraría de ti.

Pistols


* * * * *


Gracias a todos los participantes y perdón a los lectores sensibles.

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lunes, 20 de octubre de 2008

Concurso de Microrrelato Animal (4) - GULA

.

Lanzamos el cuarto de los siete concursos de rel-átomos (inteligencia nuclear).

Recordad: 100 palabras máximo, con firma y dentro de un plazo de recepción de originales que se cerrará el jueves 30 de octubre a las 23:55 horas.

El tema que debe inspirar las creaciones es: LA GULA (no hace falta que aparezca el término o sus sinónimos, lo importante es que aparezca el concepto).

Podéis consultar las BASES o directamente empezar a dejar vuestros relatos en los comentarios de esta entrada. Pronto abriremos otra en la que iremos recopilando los cuentecillos, les asignaremos un número en función del orden de entrada.

Comeros los renglones, saboread la ambrosía literaria, el néctar de la creatividad, la chistorra del triunfo y el vino rancio de la ilusión, exultante y eructante. Escribid inspirados por vuestra debilidad o por la fortaleza de otros, como queráis.

Si os comisteis demasiados Kinder Sorpresa como para renunciar ahora al misterioso premio, habéis hecho un trueque justo. Si no es así, teclead, malditos.
Por si este banquete es demasiado breve, pensad que tenemos todavía tres pecados (si no cambia la doctrina, que todo puede ser).

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Premio Especial del Público - AVARICIA

.
Ahora os toca a vosotros demostrar que tampoco tenéis un criterio sólido, así dejaremos de escuchar esas voces críticas que insisten en que el jurado está poco preparado, que no saber leer es un handicap.
Votad una y sólo una de las 28 historias y quedaos a gusto.

No os guardéis vuestra opinión para vosotros y vuestros familiares, gritadlo a los cuatro vientos, ponerlo en negrita o en cursiva, cread un emoticono para la ocasión, grabad una cuña radiofónica, tatuarle a internet vuestras palabras de sabiduría plena. Poca sabiduría, cierto, pero completamente vuestra.

El jueves cerraremos estas votaciones paralelas.
Basta con escribir un comentario con el número del cuento y las razones de esa elección. Si no votáis masivamente los Reyes Magos lo tendrán muy en cuenta.


* * * * *

Estado de la cuestión:

Lupus (7) ... 3 votos

Gabriel (11) ... 2 votos
Papra (20) ... 2 votos

Diccionario (9) ... 1 voto
Burbu (17) ... 1 voto

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Ganador - AVARICIA

.
2

No ha cambiado de casa, no tiene intención de redecorar, no busca utensilios de cocina ni complementos
para el baño, no necesita marcos para las fotos, ni una lámpara, ni un felpudo para la entrada.
Pero cada vez que entra a esa tienda sueca sale con los bolsillos llenos de lápices.
.
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viernes, 17 de octubre de 2008

AVARICIA... 28 microrrelatos presentados

.
El jurado está deliberando.
Aquí tenéis todos los cuentos participantes, ordenados cronológicamente.



1

Quería haber escrito antes... pero estaba llenando el saco y cuando lo arrastraba hacia mi casa...
zas... se ha roto....

Pitufa


* * * * *

2

No ha cambiado de casa, no tiene intención de redecorar, no busca utensilios de cocina ni complementos
para el baño, no necesita marcos para las fotos, ni una lámpara, ni un felpudo para la entrada.
Pero cada vez que entra a esa tienda sueca sale con los bolsillos llenos de lápices.

Lullaby


* * * * *

3

Había comenzado y ya no podía parar. Irremediablemente se precipitaba por la cuesta abajo de
su particular saco sin fondo, las consecuencias y los daños colaterales no eran de su incumbencia,
otros las resolverían, o no, lo mismo le daba. Como el borracho que solo quiere seguir bebiendo
hasta ver el fondo de la botella, la “Economía Mundial” solo quería ganar más y más.

Angus


* * * * *

4

Érase una vez un niño que comenzó a llenar su bolsillo. Primero con los vueltos de los mandados;
después, con los dos o tres billetes semanales de la mesada. Seguidamente, se le ocurrió hacerle
los deberes a sus compañeros a cambio de un precio justo; justo para él, lógico. Así, su bolsillo
creció y creció. A los 18, ya era todo un usurero. Mas, al llegar a los 40, su madre le dijo que era
hora de que encontrara compañera; pero él, viendo que se había convertido en un apéndice de su
bolsillo, prefirió atesorarse dentro del mismo para siempre.

Gabriel


* * * * *

5

Don Benjamín era tan avaro que sólo salía de su casa al mediodía para no dar mucha sombra.

Gabriel


* * * * *

6

Maldita sea, hacía mucho calor, pero no estaban de vacaciones en Benidorm, se encontraban
perdidos en medio del puto desierto y eso era razón más que suficiente para él. Ni siquiera miró
atrás para comprobar cuantos pobres infelices estaban arrastrándose muertos de sed, víctimas
de esta funesta expedición. Se acercó sin dudar a la cabina del camión y vació la última garrafa de
agua en su gaznate. Podría haber sobrevivido con media garrafa, pero por si acaso.

Diego


* * * * *

7

La acariciaba mentalmente cada noche en el silencio de su soledad, vacío y cansado. La había
acumulado durante tanto... al principio tímidamente, como en privado, más tarde a manos llenas,
ajeno a todas las miradas inicialmente reprobatorias y celosas después. Le gustaba recordar
cómo había ido perdiendo su familia, la confianza de sus amigos o el respeto de sí mismo cada vez
que añadía un poco más al montón.
Se tapó la boca, conteniendo una risa complaciente. Ya era suya, toda la que era capaz de
abarcar, y sonreía pensando que nadie, ni siquiera él, podía arrebatarle toda su miseria.

Lupus


* * * * *

8

- Pero cari, vámonos, vámonos a Francia.
- No, no puedo dejar las cosas aquí.
- Sabes que si vienen nos mataran, te matarán a ti, y me matarán a mí.
- Sí, lo sé, vete tú si quieres, pero yo no puedo dejar aquí... el sofá, por ejemplo ¡me costó
1.000 pesetas!
- Yo no me puedo ir sin ti, porque te amo y te pertenezco, así que moriré... por ti, pero,
esas cosas... ¿te pertenecen? o ¿perteneces tú a esas cosas?

Dani


* * * * *

9

Mis palabras son mías, las tuyas lo serán.

Diccionario


* * * * *

10

Guardaba todo su amor para esa persona que llegaría algún día. Ese ser perfecto con el que
compartiría todo: su vida, sus sueños, su ilusión. Lo sabía, lo merecía. Mientras esperaba
dosificaba su cariño, racaneaba sus atenciones. Era agradable, correcta sin excesos, superficialmente
cordial. Un día comenzó a sentirse mal, notaba una opresión a la altura del pecho como si tuviera
encajada entre sus vísceras una bola pegajosa Entonces se acordó de esas masas informes,
totalmente incomestibles, en las que se convertían las golosinas que escondía de niña, para no
compartir con su hermano.

Purple


* * * * *

11

Al día siguiente que el niño comprobara la veracidad de la historia con la que su madre lo había
consolado ante el dientecito caído, la dentadura del abuelo desapareció misteriosamente...

Gabriel


* * * * *

12

"¿Que la avaricia rompe el qué?"
Me giré en mi cama de cartón y seguí dialogándome.
"No creo que eso mismo piensen personas con esas aptitudes virtuosas que les permiten no ser
más avaros por ser más ricos, sino ser más ricos por más avaros.
En el pueblo llano encefalograma plano, estas aptitudes se convierten en vileza y rapiña".
Aquel vino agrio me aclaró las ideas.
"No soy el mejor ejemplo de avaro triunfal.
Pero una cosa sí puedo decir: para ser avaro, en lo primero que debes invertir es en un saco
resitente a la rapiña y la vileza".

Vecu


* * * * *

13

Hambre y desazón cuando faltan tus besos, cuando evitas mirarme, cuando pasas a mi lado y ya
no sonries. Sed de tus labios y avaricia de tu cuerpo cuando te pierdo entre la multitud mientras
intento tocarte.

Karlos


* * * * *

14

Tras nueve meses, otros nueve, y otros nueve, y nueve más. Perdí la cuenta del tiempo y la hora
de salir de cuentas.
Engullí los cuentos de Poe, las reflexiones de Epicuro, Nietzsche y Tomás Moro, la obra completa
de Rimsky-Korsakov. Me tragué un sombrero de copa, un tablero escaqueado, una máquina de
escribir.
Supe desde el principio que mi hijo sería mío, y no iba a permitir que saliera de mis entrañas.

Calíope


* * * * *

15

El ratoncito Pérez en el psiquiatra, después de salir Ratatouille de la consulta. Tiene jaqueca, se
siente triste, desmotivado. La crisis económica también ha afectado su negocio, los niños se
quedan los dientes en vez de dejarlos bajo el cojín y dormirse tranquilamente. Sacan beneficios,
todo por la pasta, para la hipoteca del futuro. Los traficantes de marfil, que también han notado
que los elefantes ya no se dejan como antes.

Isaac


* * * * *

16

La mujer caminaba despacio... sus hijos, después de horas buscándola la habían encontrado en
uno de los puentes que cruzan el Ebro.
- Si no hubiera sido porque llevaba las cartillas del banco en el bolso me habría tirado - les dijo
mirando al río... y no volvió a hablar hasta pasada una semana en que se le pasó el enfado.

Wilwarin


* * * * *

17

Se despidió de su sobrino, tenía sólo 6 años pero ya estaba muy mayor. Le alcanzó la chaqueta y
le preguntó que era lo que escondía en los bolsillos para que pesaran tanto, le besó y volvió al
sillón. Algo faltaba, el niño había cogido las piedras decorativas del cenicero del salón.
Las mismas piedras que su marido había reconocido como tesoro en el restaurante en el que
celebraron el bautizo del hermano del niño de las piedras preciosas.

Nadie las utilizó para nada útil, pero todos las querían para ellos.

Burbu


* * * * *

18

Me doy media vuelta, estratégicamente. Para que me rasques la nuca, para que me acaricies la
espalda, para que me hagas de almohada. Dejo que la sábana se enrede entre mis piernas
apropiándome de ella y, de paso, de la parte extensa del colchón.
Cuando te despistes (cuando quiera mi sueño para mí), me agarraré a la almohada (la de verdad),
un movimiento rápido y ¡zas! te irás al suelo. Y me quedaré la cama para mí.

Lana


* * * * *

19

La quería para mi, no es que a mi novia ya la he disfrutado desde mucho tiempo atrás, es que
saber que esta otra chica esta alejando a Javi del grupo... no puedo soportarlo. El era mio antes, y
haré lo que sea para que siga siendo mio. Es mi amigo y ni tu ni ninguna otra zorra podrá cambiar
eso nunca. Ya me encargaré de que me quieras y luego me odies, pero él y yo eramos uno antes
de aparecer tu. Él y yo seguiremos siendo uno después de que te olvidemos.

Lasa


* * * * *

20

Nunca se relajaba. Absolutamente nunca. Su cerebro, todo su ser, recorría vallas, agujeros,
mujeres, calles, correos, pestañas, besos, periódicos, ojos, ramas, escupitajos, extintores, almas,
colillas… Apenas dormía. Le espeluznaba imaginar que la oportunidad se le escurriera entre los
dedos.

Papra


* * * * *

21

No puedo gastar en nada, ni un saludo, ni una palabra, ni un gesto, ni un pestañeo,….argg no
puedo parar el tiempo, lo estoy gastando y mis oportunidades y la paciencia de los que me
rodean…no puede ser…yo lo quería.

Pistols


* * * * *

22

Con la tradición enconada de las hormigas arrieras, comenzé a salvaguardar todo amor y sus
derivados para mi placer, seguro mi cama decía otra cosa, pero no la verdad axiomática de mis
motivos, onanistamente follaba sin amar, vampirizaba amor si amor quedaba en las sábanas, así
también, usurpaba el tiempo la noción en mí. La otra mañana, al despertar, tenía más vejez que
los volcanes, muchas ganas, poca fuerza y dos impotencias.

Gato Maula


* * * * *

23

No era tan rácano como decían, siempre daba la hora una vez cada hora del día, ahora por
ejemplo eran las diez menos diez.

Engarde


* * * * *

24

Visten trajes caros, conducen los mejores coches, viven en adosados de los mejores barrios,
beben agua embotellada en los Alpes, comen tomates cherri ecológicos aliñados con aceite virgen
extra y que conservan en frigoríficos de última generación, tienen hijos capitanes del club de
debate, frecuentan locales de cóckteles impronunciables, vacacionan en cruceros por los siete
mares, sueñan con una cuenta en Tiffany's, y con compartir mesa con el Presidente en sus galas
benéficas.

Generelo


* * * * *

25

A los diez años le desbordaba la curiosidad. Todo le resultaba apasionante. Era inteligente,
inquieto, hábil, brillante. Un alumno ejemplar. Enseñaba a aprender, a vivir descubriendo.
En su adolescencia el interés se transformó en obsesión. Observador desquiciante. Perfeccionista
ridículo. Egocéntrico y altivo.
Con su primer sueldo se proclamó tecnológicamente avanzado. No volvió a salir. Internet llegó a
ser su único amigo, su maestro, su amante y su castigo.
Se convirtió en un ataúd repleto de sabiduría. Nunca la compartía. Jamás se sintió satisfecho.
El conocimiento no fue el medio sino el fin de su vida.

La Empanadilla Perdida


* * * * *

26

Tenía coches de todos los colores y sabores.
Tenía casas te todos los tamaños y formas, y en todos los sitios.
Ropa tenía para vestir a los habitantes de la china.
Tenía cuentas en todos los bancos del mundo.
Acciones de todas las empresas.
Y ya poseía parte de la Luna.

Duende


* * * * *

27

23:50. Me pertenece, no quiero compartirlo con nadie, pero deseo el premio. 23:53. Al menos lo
retendré hasta el último momento. 23:55. No enviaré el microrrelato.

Margin


* * * * *

28

Todas las noches contaba las monedas con fruición como esperando que en aquel acto meticuloso
éstas se multiplicasen. Pero una noche le sucedió lo contrario: contó una moneda de menos.
Frenético, recontó y recontó. Y lloró; y pataleó; y le imploró, cual a una mujer, que volviese,
pero nada.
A la siguiente noche, la misma historia; y a la siguiente y a la siguiente…
Al mes, dejó de contarlas. Sólo se dedicó a observar, puñal hurgando en su pecho mediante, como
la bolsa languidecía; ignorante de que, desde su guarida, un ratón se interpelaba ansioso sobre
cuántas le faltarían…

Gabriel


* * * * *


Gracias a todos los participantes y perdón a los lectores sensibles.
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lunes, 6 de octubre de 2008

Concurso de Microrrelato Animal (3) - AVARICIA

.

Lanzamos el tercero de los siete concursos de relato en cápsulas (imprescindible receta del bibliotecario).

Recordad: 100 palabras máximo, con firma y dentro de un plazo de recepción de originales que se cerrará el jueves 16 de octubre a las 23:55 horas.

El tema que debe inspirar las creaciones es: LA AVARICIA (no hace falta que aparezca el término o sus sinónimos, lo importante es que aparezca el concepto).

Podéis consultar las BASES o directamente empezar a dejar vuestros relatos en los comentarios de esta entrada. Pronto abriremos otra en la que iremos recopilando los cuentecillos, les asignaremos un número en función del orden de entrada.

No os guardéis ideas en el tintero, compartir es vivir. Y escribir es la forma en la que podéis alcanzar el más alto grado animal (inmediatamente después de rascarse). Expresaos, libres, desatados, en comunión terapéutica. Las primeras veces siempre es gratis.
Si os interesa conocer el premio que a todas las personas decepciona tenéis que participar. Y si por lo que sea no se os ocurre nada, respiráis hondo y esperáis al próximo pecado en algún lugar mullido, que aún quedan cuatro.

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Premio Especial del Público - IRA

.
Escoger uno y sólo uno de los 35 relatos presentados no es una tarea sencilla.
Podéis hacer la prueba dejando vuestro voto en un comentario a esta entrada.

Defended el honor de vuestro relato preferido. Decidle al mundo que sí, que vosotros también tenéis una opinión. Si la vida fuera un musical podríais cantarlo en las calles, pero desgraciadamente sólo podéis permitiros estas licencias en internet.

El jueves cerraremos estas votaciones paralelas.
Basta con escribir un comentario con el número del cuento y las razones de esa elección. Entre todos los participantes se sorteará una gripe.


* * * * *

Estado de la cuestión:

Gabriel (22) ... 3 votos

Lupus (26) ... 2 votos
Purple (19) ... 2 votos

Gabriel (16) ... 1 voto
Ana arándanos (29) ... 1 voto
Duende (35) ... 1 voto

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Ganador - IRA

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25

Cómo se atrevían. A reírse, a bailar, a gritar, a follar… Debajo de sus narices. Con un ritmo
infame que le golpeaba las sienes y el alma con certera precisión.
Se hubiera dado de cabezazos contra la pared, pero el infierno y la tentación vivían abajo.
Y pataleaba hasta quedar exhausta. Y lloraba hasta que le faltaba el aire y sólo le quedaban
dientes para rechinar.
Ella, que había reinado en tablaos del mundo entero.
Olvidada.
Ignorada.
Cómo se atrevían.
.
.

viernes, 3 de octubre de 2008

IRA... 35 microrrelatos presentados

.
El jurado está deliberando.
Disfrutad (es una orden) todos los cuentos recibidos, ordenados cronológicamente
.



1

...de manera extraña mato la tarde, tu llanto, ese ferrocarril que se abarrotó de tus "yanomehagasdaño"
no dejaba de pitarme en las orejas, afuera, la gente no sabía nada, rompo, clavo y tomo de ti lo
que por historia me pertenece, mis botas rojo oscuro en tus costillas, quiero seguir pateando
hasta que me llegue la risa, hasta que se me quite el temblor de las manos, asi tenga que dar toda
la vuelta a la ira.

Gato maula



* * * * *

2

Nada le causaba más ira que ver escrita sin acentuar la tercera persona del singular del futuro
simple del verbo ir.

Margin



* * * * *

3

El perro corría hacia la puerta de entrada, en su mirada se percibía la ira que le habían adoctrinado,
con los ojos inyectados en sangre, y babeante su mandíbula, llego la verja donde esperaba aquel
joven de ojos verdes.
Saco de su bolsillo una chusco, corto un pedazo, y sin que su mano temblara, la paso entre los
barrotes, para calmar la rabia del animal.
Sorprendido al llegar el dueño de la casa, reprendió al perro, que sentado y tranquilo esperaba
un poco mas de pan.
No juzguéis al animal por los actos que comete el hombre.

Karlos


* * * * *

4

Aunque el detective le había advertido antes de mostrarle la confirmación de sus sospechas,
percibió rotundamente que una llamarada interior ascendía desde sus vísceras hasta el rostro,
que enrojeció según apretaba cada vez más sus mandíbulas y sus manos, aferradas a las fotografías,
crispadas hasta doblar el grueso papel satinado. Pudo escuchar su propia voz, lejana y enronquecida
hasta resultar irreconocible. “Si estuviera aquí, yo la mataría”.

“Entonces será mejor que no le diga que pase”, comentó el investigador con tono profesional.

Levantó la mirada hacia el ventanal y una lágrima sofocó el incendio.

“No... Sí, que entre y acabemos”.

Guillermo


* * * * *

5

¡¡Ni te acerques!! ¡¡¡ este es mi territorio!!! ¡¡y deja de ladrar que te voy a coser a zarpazos puto perro!!!
¡¡¡Me estoy volviendo locooooooooooo!!! miiiiaaaaaauuuuuuuuu

Pitufa


* * * * *

6

- Serás maldita entre todos los animales. Te arrastrarás sobre tu vientre y comerás polvo todos los días de tu vida.

- Aumentaré mucho tu sufrimiento en el embarazo; con dolor darás a luz a los hijos.

- Con dolor comerás de la tierra todos los días de tu vida; Con el sudor de tu frente comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra. Porque polvo eres y al polvo volverás.

Y el hombre dijo a la mujer:
¡¡Uuuuh, chica que enfado!! ¡¡Y todo por comer una manzana, con lo sanas que son!!

Dani


* * * * *

7

La furia trepaba por su pecho de forma incontrolada.

Había soportado la muerte de sus seres queridos, la ignominia silenciosa de la venganza, la traición
de ella, la humillación, la vergüenza de la promesa rota y el dolor de las cuencas vacías de sus
ojos…

La ira batía sus sienes.

Le dijo al muchacho que le conducía que le dejara entre las columnas que soportaban el edificio,
para poder descansar.

Invocando a su Dios, hizo fuerza con sus brazos sobre las columnas, volcando su rabia en la piedra
y exclamó: "Muera yo con los filisteos”.

Serjuzu


* * * * *

8

Fue horrible. Para él su trabajo era su vida. Sabía lo que tenía que hacer, lo había hecho cientos
de veces, era el mejor, pero en esta ocasión todo salió mal. Imperdonable. Decepcionó al público y
a sus jefes y le quitó al protagonista la última oportunidad de serlo: la próxima función no sería
pública.

No entendía lo que pasaba. Estaba acostumbrada a los golpes, los insultos, las vejaciones, la furia
descargada sin piedad contra ella... Hoy él llegó antes y la colmó de besos, de caricias, de ternura,
de palabras.

Despedido. Un verdugo jamás puede olvidar revisar el patíbulo.

Manolo


* * * * *

9

Uff vaya día. “PEREZA”. A ver. Carlos Jefferson Edouardo Pereira Rodrigues……la mancha de
sudor…... bla, bla siguiente… .Por desgracia, el recién nacido murió a los pocos días de inanición…
joder con el doctor muerte, malo y triste lo tiene todo…. Es un hombre, invadido por la tristeza y
por la pereza… Otra alegria de huerta, siguiente… Estoy tumbado viendo la televisión, y empi…
no tengo pan para cenar.. Me he dejado el gri… que coño estoy haciendo. ¡Que les den!. Click
(cerrar ventana X)

Nemrod


* * * * *

10

Se imaginó ante las mil y una posibles caras de la ira de Dios como saldo lógico de sus acciones
hasta que recordó, con un suspiro interminable, que era ateo.

Gabriel


* * * * *

11

Llegas a casa, después de un duro día de trabajo, en verano, dejas caer las manos, vaya día, el
impresentable de tu jefe te ha hecho perderte el inicio del partido, que mamón, pero cómo tienen
valor… pero no tiene vida propia… pero realmente tiene sentimientos, es que no, mañana se lo
digo, una y no más, que no, coómo pueden tener tanta geta… y dicen de la esclavitud y esto qué
cojones es… ¡¡¡mierda!!!, me cagüen el tragabolas este… ¿¿pero no la ha visto o que??. ¡¡¡Anda
yaaaa!!!

Pistols


* * * * *

12

Turno de tarde, el sopor de la comida asciende hacia la cabeza, te sientas, ves la pantalla de
ordenador como si de un espejismo se tratase, cae la primera gota de sudor, miras la temperatura,
32º, te has cagado mil veces en el que diseño el aire acondicionado de tu oficina, pero hoy va a
ser la mil uno, miras alrededor en quién vas a descargar tu furia, compañeros, jefe, una mosca se
acerca, ciernes sobre ella la mirada levantas el brazo, ella es la desafortunada.

Pistols


* * * * *

13

Aprietas los dedos, clavas las uñas, sientes el pulso acelerarse, los párpados se retraen y las
pupilas quieren salir y tener vida propia. Clavas la mirada en sus ojos y cuando los encuentras
sientes que ese dolor punzante hierve en tu sangre, quisieras atravesarlos, quisieras borrarlos,
pero no puedes porque es un reflejo que llevas grabado en tu mente y que eres incapaz de
borrar, ¡¡¡déjala!!!, ¡¡¡era mía!!!, ¡¡¡yo la vi primero!!!

Pistols


* * * * *

14

Cuando despertó de su inconsciencia, todavía sentía un horrible dolor en su mejilla, pero esas
sucias manos rozando y ultrajando su piel desnuda y magullada provocaron un efecto instintivo
que no pudo o no quiso frenar, la rabia y repugnancia suprema dieron paso a una explosión de
energía interna reflejada en un repentino e intenso calor corporal y una tensión muscular que
casi reventó las venas de su furioso rostro. Casi sin pensar, hundió sus dedos en los ojos del
apestoso individuo y aprovechó esos gritos de dolor para quitárselo de encima... Corrió como
nunca lo había hecho.

Diego


* * * * *

15

Imposible sepultar tu mirada infinita.
Duele el recuerdo de tu luz colándose por las rendijas de mis dedos mansos.
Ni un rastro de aquello quedó tras el naufragio. Sólo guardo un puñado de tu tierra granate.
Me alivia sentir que puedo contener todo el odio sin derramarlo. Mezclarlo con mis secretos.
Llenar las paredes de alquitrán. Sonreir. No dejar escapar ni un gramo de la sal acumulada en
mi garganta. No dejar resbalar una lágrima.
Mi sonrisa es mi venganza.
Envenenarme en soledad, mi modo de sobrevivir a tu mirada vacía.

La empanadilla perdida


* * * * *

16

Cada mañana, antes de maquillarse, asesinaba un espejo.

Gabriel


* * * * *

17

Cuando me levanté sólo por cortesía a acomodarle la silla a aquella excepcionalmente hermosa
mujer sentí una insoportable oleada de calor en la nuca; al volver junto a mi palomita, descubrí
dónde ardía el fuego…

Gabriel


* * * * *

18

Todas las noches cuando Drácula quiere ponerse presentable para sus víctimas, se sangra,
irremediable, los labios ante el espejo.

Gabriel


* * * * *

19

Lo vio con ella.
Una ola de calor le subió desde las entrañas.
Le ardía la cara, le zumbaban los oídos, abrió la boca y no oyó su propio rugido.
No pudo evitar lanzarle lo que tenía en la mano.
Siempre tuvo buena puntería.
Fue mala suerte que los viera desde la sección de conservas.

Purple


* * * * *

20

¡¡¡¡¡Cabrón, hijo de la gran puta,
capullo, gilipollas!!!!!
¡¡¡¡El semáforo ya está verde!!!!
¡¡¡¡Aaaarrrrgggg!!!!

Zacrbn


* * * * *

21

Escupió un pedazo de su conciencia, con desprecio, con acritud. Sintió el hervor acuciante que
palpitaba muy adentro, más allá de sus venas. En su mirada despeinada se leía un fugaz signo de
interrogación, como si tratara de entender cual era el motivo que le había impulsado a odiar su
vida, su puta vida. No esperó más. Quitó el precinto del cuchillo de carnicero que acababa de
comprar... y cargó una única y prolongada vez contra su desgastado globo terráqueo.

Marian


* * * * *

22

Cuando la descubrió durmiendo con aquel intruso recién llegado la palidez de porcelana que
caracterizaba su rostro adquirió un intenso tinte rosáceo que pronto viró al rojo de la sangre
sublevada. Un trueno le nació, entonces, en la garganta: “¡Es mía!”. La mujer, llevándose el dedo
índice a los labios, abandonó, sigilosa, el lecho. Y ya a su lado, de cuclillas, le restituyó la
demandada; pero, tras dos lagrimones, él la rechazó. Sin insistirle, abrazada a la jirafa de peluche,
la madre lo dejó marcharse: sabía que a esa edad las infidelidades se perdonan después de la
merienda.

Gabriel


* * * * *

23

¡Crac!

El lapicero se quebró en su mano, bajo la presión de sus dedos.

- ¿Cómo puede ser posible que mi relato no haya ganado?

Serjuzu


* * * * *

24

Junto al cuerpo con 27 puñaladas pensó que alegaría emoción violenta; después de todo, quién
podía soportar que le cambiasen la final de la liga para ver una estúpida novela.

Gabriel


* * * * *

25

Cómo se atrevían. A reírse, a bailar, a gritar, a follar… Debajo de sus narices. Con un ritmo
infame que le golpeaba las sienes y el alma con certera precisión.
Se hubiera dado de cabezazos contra la pared, pero el infierno y la tentación vivían abajo.
Y pataleaba hasta quedar exhausta. Y lloraba hasta que le faltaba el aire y sólo le quedaban
dientes para rechinar.
Ella, que había reinado en tablaos del mundo entero.
Olvidada.
Ignorada.
Cómo se atrevían.

Kaktus


* * * * *

26

Mariposas en la barriga, la sangre a flor de piel, cosquillas en la nuca, la vida de color rosa,
sonrisa permanente, las manos como tontas,... amor. Color de Amaranto , la flor que nunca
muere, salpicado en el suelo de su habitación. En las úlceras de su estómago, en sus venas
desgastadas, en la base de su cráneo, en las cuencas de sus ojos enrrojecidos, en sus dientes
apretados, en sus nudillos abultados... dolor.

Ahora, ahora sí compartirían la eternidad, porque sólo quien amó desde lo más hondo de su
corazón puede odiar con toda su alma.

Lupus


* * * * *

27

¡Pero cómo he de decirte las cosas! ¡Te he dicho mil veces que no juegues con eso! ¡Harta me
tienes, eres igual de desastre que tu padre! ¡Trae la pelotita de una puñetera vez!

Y mientras su madre, presa de la histeria, tiraba la pelota a la basura, el niño pensó que los
destrozos tampoco eran tan graves, una estatua grande sin nariz, otra sin brazos, una torre un
poco torcida, un acueducto partido y un edificio circular bastante grande un poco roto.

No entendía porqué sus padres prestaban tanta atención a aquel terrario.

Él lo odiaba.

Manolo


* * * * *

28

- Sí mamá, claro que puedes venir cuando quieras, que sí mujer, claro que no le importa, al
contrario, si está encantada mujer, aquí la tengo sí, no sé qué me dice, así podéis ir de compras y
hablar de vuestras cosas. ¿Entonces el viernes? Vale, quince días, claro ya te digo que los que
quieras. Bueno yo intentaré librar algún día para estar contigo, pero no te preocupes que, eso es,
con ella, más bien que quieras, las dos mujeres que yo más quiero, ya lo sé mamá, ya, iré a
recogerte, un beso. Hasta pronto.

¡Blam!

Manolo


* * * * *

29

Con los mofletes todavía rosas por los pellizquitos recibidos, los setenta y seis kilos cuatrocientos
gramos de sobrina hundieron el cuchillo con el que acababa de partirse el segundo trozo de queso
de la noche sobre el abdomen de aquel familiar de bigotito jocoso.

-Que no me llames gordi.

Ana arándanos


* * * * *

30

- No hay palabra en el diccionario que pueda describir fielmente lo que siento por ti... Decir que
te odio es ser demasiado benevolente. No soporto mirarte, no soporto escucharte, no soporto ni
siquiera pensar en ti... La repugnancia que causas en mí es comparable a la que se siente al
escuchar a alguien que está a punto de escupir.- levanté los ojos lentamente y observé la risita
sarcástica que me devolvía mi propia imagen en el espejo.

Rora


* * * * *

31

Recorrió otra vez el camino a casa, el atasco de siempre, los inútiles de siempre, los torpes de
siempre, los de la velocidad correcta de siempre, el subnormal que no le deja girar en el
momento que lo necesita, las niñatas de siempre con su nuevo coche regalado por papá con
Shakira a todo volumen, la rotonda que algún inútil corrupto mando construir... por fin llegó a
casa, apagó el coche, se quitó el cinturón, abrió la puerta pero le fue imposible salir; su mano
llevaba un rato fusionada con el claxon.

Burbu


* * * * *

32

Oleadas de calor recorrían su cuerpo y los ojos se le iban nublando de rojo. Y aquella cola que no
avanzaba, pero qué esperaba, nadie tiene prisa por entrar en el Infierno. Aquella lentitud le
crispaba y enfurecía y era aquella rabia la que lo había llevado allí. ¡¡Todo porque aquellos
malditos babilonios se les ocurrió construir aquella puta torre!! Y ahí estaba Él, el Omnipotente
esperando para ver al hijoputa de Satanás, como se le iba a descojonar aquel cabrón.
Maldita sea la hora en que se le ocurrió aquello de los Pecados Capitales.

Engarde


* * * * *

33

"¿Cómo se declara?"
Cientos de escenas le vinieron a la mente. Su hermano burlándose de su incontinencia delante de sus amigos. El cabrón que le quitó a su primera novia a los catorce años. Aquel jefe que disfrutaba ridiculizándole delante de los clientes. Más despidos. Más facturas. Más impuestos. Más políticos incompetentes.
"Culpable".
No iba a quedarse de brazos cruzados para siempre.

Dizzy


* * * * *

34

— ¡Buenos días!
— Los buenos días serán suyos; permítame… Planilla C, okay; y, ¿la C5?
— ¿C5…?
— Ventanilla 3; siguiente.
Al rato.
— La C y la C5… okay; ahora le falta el talonario 823.
— Pero…
— Ventanilla 7; siguiente.
Una hora después.
— C, C5 y talonario 823… okay; ¿y la ficha 6B?
— ¿6B…?
— Ventanilla 5; siguiente.
— Pero escúcheme…
— Vamos señor, circule… ¡Ah!, y por favor no regrese hasta que tenga todo, o se cree que estoy aquí en exclusiva para…
No la dejó terminar, sus manos se atenazaron tan enérgicamente en aquel frágil pescuezo que hicieron falta diez robustos brazos para poder liberarla.

Gabriel


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35

Hoy tenemos reunión, pero, dónde están estos:
Pues, Pereza suele llegar tarde. Envidia había aumentado su producción. Lujuría está en el baño con tres más. Soberbia tenía un curso de inteligencia emocional. Avaricia ha ido a por más. Gula en la máquina vending.
¿Y tu?
A mi nadie me quiere.

Duende


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Gracias a todos los participantes y perdón a los lectores sensibles.

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